Las bodas son una sucesión de gestos que pretender ser una manifestación del amor que los novios se procesan y las alianzas el símbolo de unión. Como una especie de sello que una vez introducido en nuestro dedo, digamos que, nos distingue de las personas solteras.
Historia.
Echando la vista atrás, unos dicen que el uso de los anillos durante la ceremonia nupcial estaba ya muy extendido entre los romanos. No sólo lo utilizaban como mero objeto de adorno en la mano sino que les servía como objeto para sellar las cartas, instrumentos y otros elementos. Sin embargo, otros apuntan que ya por el siglo XIII a.C los egipcios entregaban un anillo como símbolo de amor a su pareja para celebrar su vida en común. Ya en el siglo V es cuando se aceptó en occidente.
¿Nunca os habéis preguntado por qué existe la tradición de colocar en el dedo anular el anillo de boda? Precisamente, según los egipcios, porque creían que en ese dedo había una artería que conectaba directamente con el corazón. Por otro lado, los chinos se argumentaban en el significado de cada dedo de la mano. Afirmaban que si los pulgares representaban a los progenitores (los padres), los índices a los hermanos y amigos, el dedo corazón representaba a uno mismo. Así el dedo anular significaba la unión de la pareja y el meñique hacía referencia a los hijos. Y, en la India, la práctica de intercambiar anillos en la ceremonia adquiría el mismo simbolismo pero se colocaban en el dedo pulgar.
Material.
En cuanto al material en que se realizan decir que la fabricación en oro fue impulsada por la Iglesia Católica. El material hacía que el acto tuviera no sólo un valor simbólico sino también económico. Llegaba a suponer un esfuerzo económico para los novios, además ¡no todos los días se casa una! Claro, ésto lo debieron pensar antes de dar vía libre a los divorcios exprés.